jueves, 25 de febrero de 2010

Justificación: yo y el blog

Este proyecto tiene todo que ver con ser disciplinada. Todos los días me doy cuenta de todos los trocitos de suerte que me han tallado a la presencia que soy (dependiendo, claro, de quien lo juzga) y creo que ya es hora de hacerme sentir más merecedora de lo que tengo, o dicho de otra manera, empezar a ganármelo. Después de haber venido a Guadalajara desde mi educación pueblerina de gringa Ohaieña para cursar la carrera de Letras Hispánicas, y de haber aprovechado todas las vacaciones para trabajar en trabajos peculiares o voluntarios desde escuelas y periodismo humanitario en Oaxaca y Uganda a una organización para personas sin casa en San Francisco y un proyecto de investigación surgido al azar del nivel de estrés en los perros, parezco más o menos como quisiera en papel a la edad de veinte y dos años. Y creo que ya soy grande y que tengo suficientemente superados todos mis problemas de autoestima para no quejarme diciendo que no me lo merezco nada. Merecer es siempre algo relativo, y ciertamente hice algo para aprovechar muchas oportunidades que parecían ser lo mío desde una edad temprana. Pero no soy de la primera generación para cursar una carrera universitaria. Crecí con papás que me querían mucho en una casa donde siempre me fue claro que el dinero nunca debe ser el primer factor considerado para tomar una decisión, lo que puede dar mucha seguridad a alguien de niño, y a hacerlo menos maduro de adulto. Mi papá tiene algunos lujos ahora de adulto, pero fue el primero de su familia en pisar una universidad y terminó con un postdoctorado de Stanford, así que no le fueron regalados. Por otro lado yo nací con mil posibilidades por delante, y nunca tuve que aprender tanto de la dedicación y el trabajo. Entiendo los dos conceptos muy bien, pero creo que ya debo emplearlos en la vida diaria. Puedo perdonar las cosas pequeñas que me hacen sentir un tanto hipócrita en mi currículo; por tanto que me encantó estar y trabajar en Oaxaca y Uganda estoy siempre consciente que lo que me llevé de las dos experiencias fue mucho más de lo que habría podido dejar o ayudarles, pero hice lo que pude teniendo la edad, tiempo y demás cosas tan limitadas. Todo eso empieza a apuntar en una sola dirección. Este es ya mi último semestre de la carrera, y es hora de crecer para ser alguien más responsable, en todos los sentidos.
En la preparatoria la meta de mi vida me fue muy clara. Paul Simon, como lo he dicho tantas veces, fue mi inspiración más grande y la forma en que combinaba palabras y música para ilustrar los aspectos más universales de nuestra especie era la forma en que yo quería combinar palabras e imágenes en el sueño propio de todo periodista joven que espera salvarse el mundo. Habiendo aterrizado en la carrera de letras me he dado una vuelta casi competa por el análisis literario, teoría, y lingüística para acabar siendo una versión enriquecida pero poco cambiada del mismo yo. No tengo quejas ni arrepentimientos, pero después de haber adquirido tan limitada experiencia periodística en estos últimos cuatro años, lo repito, ya es hora de intentar en serio.
Entonces, dejemos la breve biografía y seguiremos con el proyecto.
Sería demasiado limitante para el tema empezar por decir que México será el próximo colómbia, y no pretendo comprender ni proponer soluciones para los problemas de los masacres recientes en Juárez, el narcotráfico y demás. Pero lo que es innegable en las noticias y en las calles actuales es que es un país único por ser de una gente única, lo que atribuyo a una historia completamente suya como ninguna otra. Lo que se omite revela más que lo que se dice en los periódicos, por lo que un género columnesco me parece la mejor forma de tomar parte ajeno en las nticias. Entonces, mi única propuesta concreta es lo que haré en este blog, que será precisamente esto; una pieza columnesca y libre provocada por las noticias del día aquí en Jalisco que nos da el periódico más respetado del estado, El Informador, sea consultado por internet o impresa, en español y traducida al inglés, o viceversa. Y en lo que concierne al requisito del proyecto de disciplinarme, no será de diario en el inicio sino que me propondré un mínimo de tres mini-piezas a la semana. La meta es ser constante y segura, sentir por escribir lo que se siente después de una semana entera de ir al gimnasio; una de esas revelaciones que quizá sí sea algo que puedo hacer, aunque espero sinceramente disfrutar más de este proyecto que de una corredora. Al parecer Nike sabía mejor que nadie como lidiar con las protestas y pretextos que se tienen que tragar para empezar con cualquier cosa en la vida cuando pensaron en su eslogan, y en eso regresemos de por las ramas para sólo escribirlo.

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