miércoles, 14 de abril de 2010

Vacaciones, museos, obesidad, y... ¿qué más?



Pues ya de regreso de unas largas vacaciones de semana santa, en realidad muy probablemente la semana menos santa que se vive en este país en todo el año, nos encontramos ante un periódico sin mucho que decir. El Barranca Museo de Arte cuenta con planes de construcción cada vez más firmes, Guadalajara y México en general parece tener cada vez más problemas con la obesidad infantíl, un reporte de los más largos el día de hoy sólo para confirmar el regreso de 34 millones de alumnos, una breve mención del temblor en Mexicali de la semana pasada, y se vistieron de blanco los del Tec de Monterrey en un acto de paz tras las atrocidades que sufrieron también la semana pasada. Me quedo como en muchas ocasiones ante el periódico con el sentimiento de que algo ha de faltar. Pero bueno, trabajemos con lo que sí tengamos impreso.



Los asesinos de Monterrey son un noticiazo desde que pasó, durante el velorio, marchas, y ahora un gesto pacífico de 'ya basta'. En el New York Times ha sido sólo una noticia de muchas, una o dos casi al día, de las muchas manifestaciones de las quemaduras que sufre un país ante la narcopolítica. Es un tema inmensa, y peligroso por lo que implica involucrarse en una maraña de necesidad y exceso, oferta y demanda, héroe y villano, pero que lleva a cualquier ojo un poco crítico a una serie de cuestionamientos sobre otro tema más concreto y fácil de comprender; la prensa. Demos por hecho que el New York Times es el periódico más respectado de los Estados Unidos, pero ¿cómo es que puede haber más información sobre una plaga de pérdida y violencia que el propio país afectado? Sin embargo la revista Proceso acaba de salir con una edición especial de la guerra del narco glorificada como se puede imaginar con tantas imágenes tan horroríficas que al llegar a la foto en las últimas páginas de tres cabezas colocadas sobre postes uno ya queda sin instinto de encogerse ante ellas. Pero entre los chorreos de sangre de cada página se ofrece al lector una explicación concreta y lógica de nombres, carteles, territorios, rutas, asesinos y políticos de la que aparentemente a carecido el Informador hasta el momento. Y entre las últimas páginas de Proceso se ve una serie de imágenes de letreros colgados en puentes, en carros, sobre cadáveres de víctimas, sobre edificios, que quizás nos den una pequeña ventana al enorme vacío de noticia en el periódico más serio de Guadalajara: "Si quieren que se acabe la inseguridad en el país tú Calderón deja de proteger a los narcos. El Chapo..." http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/pdfExclusiva/61710